Con dos mensajes en una red social, anunciando aranceles demoledores a México, Canadá y China, Donald Trump hizo caer las acciones de los fabricantes de automóviles, rugir a los aliados y temblar las cancillerías.
Este modo de comunicación característico del millonario republicano presagia un nuevo mandato salpicado de anuncios impactantes en las redes sociales, a cualquier hora del día y sobre todo tipo de temas. A última hora del lunes cayó el primer mensaje en su red Truth Social.
El presidente electo anunció que impondrá aranceles aduaneros del 25% a “todos los productos” de Canadá y México desde el primer día de su mandato, sin importar que ambos países están vinculados por un tratado de libre comercio con EE.UU.
“Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los migrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país”, escribió Trump, sembrando pánico desde Ottawa hasta Ciudad de México.
Efectos inmediatos
Unos segundos después subió el otro. Esta vez destinado a China, al que le cobrará “un arancel adicional del 10%” además de las tarifas existentes “sobre todos sus numerosos productos”.
Dos anuncios con efectos inmediatos: las acciones del fabricante de autos Stellantis se desplomaron en bolsa y Canadá, China y México protestaron.
Alemania pidió a Europa que se “preparara” también para ser atacada. Esta agitación recuerda claramente a la del primer mandato de Trump, cuando periodistas, empresarios, políticos y diplomáticos estaban pendientes de los tuits del magnate, acostumbrados a subir mensajes a horas intempestivas. Y sin importar el tema.
Así se enteraron los ciudadanos de que había dado positivo al Covid- 19, en octubre de 2020. Fue en torno a la 1 de la madrugada. Para confirmar el asesinato de un general iraní, tuiteó sencillamente una bandera estadounidense. Todo pasaba por las redes sociales, desde la aplicación de un arancel o el despido de determinados miembros de su gabinete.
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